05 de febrer 2008

Se ahogaba en el mar


Después de leer un relato corto con moraleja sobre la educación que dan hoy en día los padres a los hijos, lo puse en la pila de mis libros de lectura nocturna. Cogí el que justo tenía detrás, todo un tratado sobre la vida y lo que a uno le ha tocado ser. Llegué a una frase de tres líneas subrayada, en realidad era una pregunta que me disponía a pensar interiormente. Pero al ver que cada línea estaba flotando sobre la marejadilla del lápiz me vino una clara imagen a la mente, la imagen de quién me lo había dejado. Él había sido mi psicólogo y maestro particular durante mucho tiempo, hasta que la enfermedad física del ser adulto me sobrevino y tuve que emprender nuevos viajes lejos de él. Volví (y vuelvo) a su lado muy de vez en cuando, y este fue uno de sus últimos préstamos. Me advirtió que ya llegaría el momento de leerlo y no fue hasta hace un mes que sentí mi interior receptivo para este tipo de libros, de nuevo tenía una época mística y reflexiva. Volviendo a la frase, la leí por primera vez para mi pero después en una segunda lectura empecé a hacerlo en voz alta...
¿Pero un acontecimiento no es tanto más...
...y escuché tú voz acabando la frase mientras mi mirada sorprendida se ahogaba en el mar...
...significativo y privilegiado cuantas más casualidades sean necesarias para producirlo?


2 comentaris:

  1. Me ha gustado tu forma de recordar a tu maestro, eso habla muy bien de tí.

    Saludos.

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  2. TOROSALVAJE, muchas gracias por tu comentario. Pienso que habla bien de él, un gran amigo que considero todo un maestro. Por cierto, la frase de tres líneas que leía yo y alguien acabó en voz alta era del libro La insoportable levedad del ser de Milan Kundera.

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