29 de gener 2009

Doctorcito, doctorcito...


...no sé qué me pasa?


Esta tarde comía una manzana rubia con pecas, pero a medida que le iba hincando el diente su carne amarillenta se tornaba rojiza supurando sangre. Quizás un vampiro me habrá inoculado su descoagulante o pillé por banda algo muy similar a una manzana pero que...

El lunes encontrándome vital como nunca todo parecía armoniosamente deslizante a mi alrededor, com si de un musical de Björk se tratase. Pero pasan los días y las pantorrilas se me agarrotan, la espalda se encorba y poco a poco me da la impresión que de pies a cabeza estoy petrificándome gradualmente.

No lo he recuperado aun, pensaba que hacía un mes me había acercado un poco pero he vuelto al mismo punto de partida. No sé, no sé, no sé maltratar mi estómago. Dicen que en poco llegaré al estado de antimateria, quizás desde el punto de vista médico se me puede decir algo más. Lo que sí está claro es que no me aprovecha nada y desde este domingo que no puedo parar de cocinar y comer sin saciar este hambre inexplicable. Me han recomendado el bocado de conejo al vino, quizás usted me lo podría recetar.


Doctorcito, doctorcito...


8 comentaris:

  1. no pares de cocinar.eso reconforta-reconforta hasta lo más insaciable.seguro.

    ResponElimina
  2. Que para que se te vea tienes que pasar dos veces,vaya. Creo que si este es el caso te puedes perfectamente automedicar. Y nada de genéricos, medicamentos de cinco extrellas Michelín. En buena compañía, a poder ser posible. ;)

    ResponElimina
  3. Pues sí es verdad centrifugado, pero es un poco frustrante cocinar para una sola con medidas para dos o cuatro personas. Aun más cuando solo la gente que lo aprecía son los que miran al día siguiente tu tupper.

    Automedicació al canto, oi? Ai, jaumeduran si alguien me diera una sorpresa y me llevase a algún lugar agradable, tranquilo y con comida de toda la vida... ya tendría sufciente ;)

    ResponElimina
  4. "agradable, tranquilo y con comida de toda la vida"... y gaviotas, y faros, y amaneceres y atardeceres, y lago...

    Lo siento, no puedo llevarte de viaje mañana :(

    Posible en primavera...

    ResponElimina
  5. Carta A Una Amiga


    No puedo darte soluciones

    Para todos los problemas de la vida,

    Ni tengo respuestas para tus dudas o temores,

    Pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti.

    No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.

    Pero cuando me necesites, estaré allí.

    No puedo evitar que tropieces.

    Solamente puedo ofrecerte mi mano

    Para que te sujetes y no caigas.

    Tus alegrías, tu triunfo y tus éxitos no son míos.

    Pero los disfruto sinceramente con tigo

    Cuando te veo feliz.

    No juzgo las decisiones que tomas en la vida.

    Me limito a apoyarte y a ayudarte si me lo pides.

    No puedo impedir que te alejes de mí.

    Pero si puedo desearte lo mejor y

    Esperar a que vuelvas.

    No puedo evitar tus sufrimientos

    Cuando alguna pena te parte el corazón,

    Pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos

    Para armarlo de nuevo.

    No puedo decirte quién eres

    Ni quién deberías ser.

    Solamente puedo quererte como eres y ser tu amiga.

    quierorecordartesiempre (por cierto estás bien? ,un besazo )

    ResponElimina
  6. alegría, bueno yo me refería a un restaurantillo... pero gracias.

    quierorecordartesiempre, me encanta... muchisimas gracias!! Te busqué justo después y ya te habías ido. Espero que todo esté también bien contigo. Un beso muy fuerte!!

    ResponElimina
  7. Pues nada, si quieres restaurante... en Valencia hay muchos :p

    Pero si quieres alguna vez pasear la huerta por un cabo e iluminarla con un faro, ya sabes ;)

    ResponElimina
  8. Bueno, es que lo que comentaba con jaume era referente al instante íntimo que se puede vivir en un pequeño restaurante con cocina cuidada. No son necesarias las estrellas Michelín, aunque tengo que reconocer que me gustaría ir al restaurante de la Ruscalleda... y a ser posible el que tiene en Japón ;)

    ResponElimina