31 de juliol 2013

La semana de Coltrane


Una vez alguien me presentó a Coltrane, en una misiva, como quién lo deja caer sin darle importancia. Era una conversación donde So what lo significaba todo y ésa, solo esa pieza pasó a ser como un fetiche. Alguien enmascarado del que no se sabe nada y que quizás ahora esté en Islandia o en cualquier desierto vital buscando un oasis en el que construir espejismos para personas necesitadas.

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Coltrane suele aparecer en la segunda parte del programa, tiene tres. La segunda está dedicada al blues, pero también al jazz o al r'n'b, depende, según como le dé al locutor, y entonces te dejas llevar durante esa media hora. Te abandonas y a veces te sorprende cuando te dice que acaba de sonar Coltrane, y yo sigo sin distinguir, pero entra tan bien, muy bien.

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Esta semana es la semana de Coltrane, eso me dijo cuando le pregunté el miércoles. Tres días escuchando Coltrane y siempre empezando con su versión de My favourite things. Me había dado cuenta sin ser consciente, para cuando te das cuenta el jazz intravenoso ya es sistémico, no hay vuelta atrás. Coltrane inunda la semana, los momentos de ponerse al día, los ratos de cocina entre besos y cortes de verduras, los instantes de paz con la mirada perdida en la danza de la colada tendida al atardecer. El saxo de Coltrane se inmiscuye en nuestras conversaciones, parece que a veces irritaba a Miles Davis, le debía quitar protagonismo a su trompeta. En la semana de Coltrane han empezado a salirme estigmas en el cuello, notas musicales se pasean por mi clavícula y quizás se acaben organizando en un pentagrama. 

Coltrane, precisamente, 
no es quién me toca...


19 de juliol 2013

Estic començant a preocupar-me


Quan he arribat a la plaça acabava de passar un accident, no l'he arribat a veure però la gentada ja s'anava amuntegant. 

La gent començava a treure una moto de la calçada. El motorista estès a terra. No entenia res i al cap de poc un cotxe amb una roda punxada i un bon bony a la porta de darrere s'ha pujat a la vorera. Del cotxe ha sortit un home coix amb el peu dret embenat, deia que anava a l'hospital a fer-se una revisió. En uns minuts han arribat dos cotxes dels mossos, després un de la guàrdia urbana i una ambulància. Cadascun dels vehicles ha arribat per un dels quatre carrers que desemboquen a la plaça. Els sanitaris han començant a tractar-lo per a poder traslladar-lo dintre del vehicle. Sembla que uns nois, deurien ser russos, li havien tret el casc al motorista i un dels mossos li ha dit bé que no li ho hauria d'haver tret. Un de la guàrdia urbana li ha agafat les dades a una noia que ha vist l'accident, després li ha demanat papers i la seva versió al conductor del cotxe. Tota l'escena, de principi a fi del que jo he vist, se l'ha mirat des de la distància, com a molt s'ha apropat al cul del seu cotxe i observava els desperfectes mentre l'acariciava (imagino que aquest adjectiu no és gaire objectiu), a més de buscar la complicitat de la testimoni que quan ha marxat li ha dit que és tranquil·litzés i li ha tret ferro a la situació. S'han acomiadat amb una tímida abraçada. 

En un parell de dies aquest accident i el tipet del vagó del metro que un cop despertat de la seva inconsciència, potser pel seu nivell etílic, i totalment desorientat va provocar que els mossos el reduïssin a cops contra el terra de l'andana... encara tinc l'estómac encongit.



16 de juliol 2013

Vamos ciegos, perdidos, a tientas



Prossimamente... in another country
(19.VI.2013, AlegriaDeLaHuerta, Torino)


Es sorprendente lo decadente y estiloso que puede ser todo a la vez. Fachadas erosionadas por el tiempo de una realeza que se perdió, a la que se echó. He visto cosas sorprendentes, olores que despiertan el apetito de caminar y no parar. De todas maneras el cansancio llega, es inevitable, dormir cuatro horas durante tres días acaba pasando factura. 

La chica se disculpa, que no habla muy bien en inglés y le quito un peso de encima al decirle que me hable en italiano. De hecho hace una cara de incrédula mientras me recita el menú muy lento. Acabas de enviarme un mensaje, preguntas si como y justo estoy esperando el plato de macarrones, mientras me han traído un agua con gas exquisita. Han quitado el servicio de delante. Una mesa de dos para uno, es triste. No. Es triste cuando quieres que haya alguien delante, no está y no sabes qué cara tendrá. No es triste si no hay nadie delante, no está pero sí es, sí conoces su cara. Acabo de ver cómo han tirado mis macarrones en la olla, el ragú calentándose y el agua hirviendo. 

Creo que he escogido un buen sitio. Al lado hablan de ciencia, de ingeniería, de periodismo ¡qué cosas! He visto que están reformando la Academia delle Scienze. También en un festival de escritores y editores las banderolas eran magníficos insectos y minerales, qué bonita mezcla hacía todo. Torino parece un lugar en plena ebullición, cultura por todos los costados. 

Carnicero cocinero que come mientras cocina, que domina la parrilla, el corte y el punto de la carne. Llega un momento en el que el cansancio puede más que el hambre y más si ésta ya se ha satisfecho. No puedo creer que esté pensando en no llegar a los postres, el cansancio me vence, a penas son las nueve y ya estaría en la cama. 

Volviendo al tema, pienso en qué fácil es habituarme a una rutina casera, a volver a compartir, a volver a descubrir, y esa cotidianidad tan deliciosa. Como tarden un poco más me encontrarán frita sobre los cuatro macarrones que me han sobrado. No me sonaba nada extraño cocinarte y esperar a que llegases de tu fin de semana, en tu casa. Me imagino escuchando el chirriar de la puerta a tu entrada y tú oliendo lo que hubiera preparado para cenar a tu llegada. Una ducha y que la cena se enfriase, quién sabe si el asalto hubiera sido en plena ducha o en la habitación mientras te vestías. ¿Quién sabe lo que hubiera pasado? Seguramente será de otra manera, seguramente. 

Una vez entré en una casa, la que había sido el plató de una película. Empecé a vivir dentro de esa película que había visto hacía meses, y nunca llegué a pensar que allí podría pasar lo mejor y lo peor, lo mejor y lo peor. Nunca quise creer que el desenlace ya estaba escrito y que, después de aquellos títulos finales de crédito, muchas cosas magníficas aún estaban por llegar. Esta vez parece que no he visto la película, vamos ciegos, perdidos, a tientas. Cada película es diferente, no solo los actores, sino también los ingredientes, los momentos, los tempos, las dinámicas. [...] 

[...] Quizás la solución no sea ninguna, sino todas juntas, como en un test. No está aquí delante pero sí está. ¡Qué cosas! Qué bonito, en qué paz me siento, con una tranquilidad inusitada. Tener la sensación que necesita un tiempo para que vaya creciendo...

19.VI.2013, Torino