30 de març 2014

Vidas ~ VIII


Los altavoces crepitan, eso debería significar que algo pasa, que una interferencia les hace hablar. Pero no, se gira para mirar el móvil y parece que no, ninguna de las aplicaciones se inmuta. La vida sigue así, en la paradoja de este momento social en el que todos se comunican de maneras diversas pero desde que se silenció nadie se acuerda de él.


29 de març 2014

Vidas ~ VII


Sentada se deja llevar. En los últimos días ha perdido las fuerzas que le quedaban para seguir luchando. Horas ya sin dormir. Levanta la mirada para observar a su alrededor. Niños con sus mochilas repasan las últimas líneas antes del examen. Mujeres con la piel desgastada piensan en la lista de la compra mientras sujetan la bata de la limpieza. Hombres de bigote blanquecino se agarran a la barra del vagón para mitigar el cansancio de piernas que ya llega a primera hora. Chicas se acaban de maquillar apuran esos minutos para disimular las horas solapadas entre trabajo y estudios. Hombres en traje consultan las últimas declaraciones del ministro de turno mientras piensan en cómo cuadrar el balance de esa semana. Un sin fin de vidas que deben hacer equilibrios entre la vida y la supervivencia. Pero ella se deja llevar y ahora ya solo puede mirar por la ventana y dejar atrás aquella que fue su casa, la que ahora tiene una valla inmóvil. Una empresa que ya no habla, una televisión y una radio que ya no emiten, un pueblo que se queda mudo e impotente. Ve los raíles pasar entre la huerta y ya no sabe qué es peor si la manipulación o la ausencia de información. Con la yema del índice arrastra una lágrima que empezaba a caer para llevarla hacia la frente y taparse con la mano. Quizás su casa esté como la dejó hace casi dos días. Horas resistiendo por una voz que ya no llenará las ondas, una imagen que ya no será emitida. El sueño se acabó y parece que la nevera tendrá serios problemas de llenarse, incluso en unos meses deberá devolver las llaves, y quién sabe, ya no existe sector audiovisual en el que poder hacer nada. Si el poder de la sociedad existe parece que está mirando a otro lado o les hemos dado demasiado poder y aposento a los que ahora miran por ellos mismos y no por los que un día les legitimaron.

22 de març 2014

Vidas ~ VI


Joven, dulce e ingenua. Hoy es de esos días que necesitaría de una ayuda celestial para estar en un par de sitios a la vez. No puede, se pierde la clausura de una jornada para llegar a tiempo a las prácticas en la facultad. Últimamente comer en el metro es la norma, incluso hoy se ha llevado el túper. Empieza el postre mientras tocan el acordeón. Para ella parece que pelar un plátano en esa situación es de lo más normal mientras sigue concentrada en su lectura. La acción del libro es trepidante, no puede apartar su mirada de las páginas mientras poco a poco apura el plátano.

Maduro, tosco y con mucha vida a sus espaldas. Desde que ha entrado en el vagón no puede dejar de mirar a esa chica que ajena a su sensualidad pela y come un plátano. Fijamente. No le puede quitar el ojo de encima. Se toca la barba, empieza a mover el pie a la vez que el nerviosismo asciende por todo el cuerpo. Por unos segundos baja la mirada, sabe que si se agarra bien a la barra del vagón podrá reprimir lo que hace minutos quiere hacer.

Sacudida del metro, desenganche de la barra, tropiezo. Consigue encontrar el equilibrio a tan solo un palmo de la piel del plátano y le espeta:

- Dame y te tiro la piel del plátano.


13 de març 2014

Vidas ~ V


Habiéndose reconocido como almas gemelas
no tenían otro destino que el de
los números primos gemelos.

Durmieron una hora cabeza sobre cabeza. Dulcemente abrazados ajenos al barullo que reinaba en un tren que para ellos podría no haber llegado nunca a su estación final. Los dedos se entrelazaban y jugaban cariñosamente a lo que no eran. Entonces se miraron, intercambiaron unas frases y se fundieron en un beso de imprevisible pasión. Él le murmuró que se verían el próximo año y ella, mientras disimulaba la sinrazón, le susurró al oído que hiciera todo lo posible por escaparse antes de su próximo vuelo. Se guiñaron el ojo y él recorrió el pasillo. Se sonrojó al revivir cómo en el celuloide él hubiera deshecho el pasillo, cuando en realidad ya la estaba despidiendo por la ventanilla.

Una separación que parecía 
la de esos amantes desconocidos.