... vivir la vida
... estar presentes
... hacer buena cara
... ser felices
... actuar correctamente
... ser políticamente correctos
... innovar
... ser los hijos perfectos
... sentir compasión
... tener objetivos
... aparentar
... no cometer ningún error
... ser consecuentes
... responder
... tener instinto maternal
... ser excelentes
... no poder guardar un silencio
... enamorarnos
... estar siempre ahí
... disfrutar
... estar en tensión continua
... no defraudar
... mirar adelante
... ser empáticos
... tener una respuesta para cada pregunta
... estar presentes
... hacer buena cara
... ser felices
... actuar correctamente
... ser políticamente correctos
... innovar
... ser los hijos perfectos
... sentir compasión
... tener objetivos
... aparentar
... no cometer ningún error
... ser consecuentes
... responder
... tener instinto maternal
... ser excelentes
... no poder guardar un silencio
... enamorarnos
... estar siempre ahí
... disfrutar
... estar en tensión continua
... no defraudar
... mirar adelante
... ser empáticos
... tener una respuesta para cada pregunta
¿por qué?
Por la propia condición humana, por la dictadura de la razón, por la necesidad de ser superhéroes, superhombres y supermujeres, sin fallos, sin dudas, eso es lo que se valora y se premia... Sí, ayer vi a Jorge Drexler en una entrevista y me he vuelto reflexivo desde entonces, pero no he encontrado las respuestas. Lástima. Sólo decir que cada vez que estamos obligados a tantas cosas estamos perdiendo porciones de libertad, coartando así la iniciativa propia.
ResponEliminaEntro por aquí de madrugada porque no puedo resistir la tentación de comentar brevemente el segundo 'me han dicho' que cuelgas en tu blog, Alegría ... y me permitirás que aunque sea simplemente por pura proximidad en la pantalla lo haga aquí, dentro de tu pequeña declaración de rebeldía ;-)
ResponEliminaSabias palabras las de Damià. Comparto sus primeras frases de punta a cabo. Creo recordar haber hecho al principio de tu blog comentarios similares ... poder capear los malos tragos que la vida nos depara le acaba proporcionando a uno una inestimable barra de medir con la que calibrar lo que de verdad importa y lo que es puramente accesorio en este mundo. Y, además, nos vuelve más tolerantes con los errores del prójimo.
..porque por más que lo pienso todavía sigue sin caberme en la cabeza que en general nos mostremos tan intolerantes siempre con una de las carácterísticas que mejor nos definen como especie ... la de equivocarnos.
Perdón por semejante rollo a estas horas. Parece que esa última copilla ha activado la faceta filosófica de mis neuronas.