Hacía tanto tiempo que vivía en China
que empecé a sentir como mis ojos se rasgaban.
Decidí bajar a la India.
Después de mi largo proceso de adaptación habitual,
sentí como mi cabeza se comportaba
dislocada frente al movimiento circular de mis manos.
Ahora, en pleno proceso de adaptación en estas tierras
empiezo a sentir una tremenda pena e impotencia.
Espero no llegar a la conclusión que ya nada se puede salvar.
que empecé a sentir como mis ojos se rasgaban.
Decidí bajar a la India.
Después de mi largo proceso de adaptación habitual,
sentí como mi cabeza se comportaba
dislocada frente al movimiento circular de mis manos.
Ahora, en pleno proceso de adaptación en estas tierras
empiezo a sentir una tremenda pena e impotencia.
Espero no llegar a la conclusión que ya nada se puede salvar.
¿Y no sufrió tu pelo un enrollamiento ligeramente por encima de las orejas?
ResponEliminaLoveSick, pues no especialmente, pero mi corazón se ve cada vez más afectado por estas intrusiones en los derechos de las personas, este mundo que está loco, esta impotencia y perplejidad que me inunda demasiado a menudo y de la que no quiero acostumbrarme.
ResponEliminaIba a decir eso de "Espere un poco más, tengamos paciencia, yo aún la mantengo, aguante sin caer en esa costumbre" pero creo que lo he repetido ya tantas veces que ha perdido su efecto.
ResponEliminaQuizás deberíamos dejar de decir y repetir... para dar paso a la acción. Que no nos nuble la estrella del poder y podamos llegar a ella a su interruptor por su sombra trasera. Pillarlos desprevenidos y volverlos al mundo real y cotidiano que vivimos el resto de la población. Por favor, que paja mental!
ResponEliminaSeñor de la Suburbia, gracias por seguir pasando por estos lares ;)