Creo bucles en los que me quedo cuidando plantitas y mirando al sol. Mareas quietas se arremolinan creando una suave brisa que molesta mi nariz. Nada, paso en la vida sin ser protagonista. Castigada a ser un extra que se queda mirando de reojo la pareja enamorada a la que miran todas las cámaras. No debería tirar pelotas fuera, el partido se juega dentro, en casa y estamos a punto de llegar al final de la segunda parte.
Lo bonito del deporte es que el resultado puede cambiar completamente en cuestión de minutos ;)
ResponEliminaFútbol es fútbol. No hay enemigo pequeño. Son once contra once. Hay que salir al ataque para ganar... Si todo fuera tan fácil. Yo, a veces, me conformaría con ser un secundario, ni siquiera quiero ser un gran protagonista, qué tal el amigo pedante de cualquier película de Woody Allen. Gol.
ResponElimina@dani_stg, pero qué pasa cuando quién tiene la pelota es el contrario o tu compañero, pero no tú mismo.
ResponElimina@Señor de la Suburbia, y quién habla de fútbol? y quién habla de cine? Woody, creo que me voy a Allenizar esta semana ;)
Acaso hay algo más que fútbol y películas. No me lo creo.
ResponEliminaEl devenir del amor...
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