Ya no existen aquellos peldaños, irregulares, hundidos por el paso del tiempo y los pies cansados tras duras jornadas de labranza. No puedo subirlos con aquella aritmética desigual que permitía un ritmo familiar solo para mí. Existe tan solo en mis recuerdos.
Al llegar a la cocina, lo que antes siempre me había parecido un baño inmenso y despensa antes de la reforma, no he podido evitar el impulso de abrir la puerta que sube al solanar para cerrar los ojos y alimentarme de aquel olor que aún perdura, que existe.
Al llegar a la cocina, lo que antes siempre me había parecido un baño inmenso y despensa antes de la reforma, no he podido evitar el impulso de abrir la puerta que sube al solanar para cerrar los ojos y alimentarme de aquel olor que aún perdura, que existe.
Es tremenda la fuerza evocativa de los olores. En un milisegundo te trasladan a otro tiempo y lugar.
ResponEliminaHay razones científicas que lo explican, pero son poco poéticas.
Ah, me ha gustado la apología del bar de pueblo, charla, cartas, puro.
Ahí nos las diesen todas.
Un saludísimo, Alegría.
Es que es alucinante el transporte sideral al pasado, una pena que las magdalenas ya hayan perdido parte de ese olor a leña.
ResponEliminaViajes al pasado que te dejan una extraña paz interior. Vuelves a estar ahí y tu cuerpo y sentidos lo reconocen. Una auténtica máquina del tiempo
ResponEliminaPues sí, en toda regla... como un agujero de gusano en Contact o el teletransporte en Star Trek. Soñemos, con los ojos abiertos.
ResponEliminaSeñor Spock, otro transporte ... a la infancia en la que fuí feliz.
ResponEliminaPues eso... no sé como éramos pero seguro que la sabríamos saborear y apreciar.
ResponEliminano se pueden evitar esos actos inconcientes debido a la triste costumbre de actos anteriores, ni seguir en ellos pero hay que adaptarse a cambios para no ducharse en la cocina ni cocinar en el baño..
ResponEliminaeste texto me ha sido muy
nostalgico-aceptación.
bsos
Sí, sí... está claro que debo mantener en mi mente el hecho que la cocina está en el baño y viceversa, pero el olor que viene del piso de arriba alimenta mis sentidos y mis recuerdos. El olor de la infancia es tan permanente...
ResponEliminapor eso te decia, que me fue muy
ResponEliminanostalgico-aceptación.
es decir el olor nostalgico siempre seguira oliendo pero nada mas queda aceptar que solo queda ese triste olor.. (es triste si)
lo siento no quiero parecerte persistente, pero esque odio como a la vez me gusta tambien oler esos olores..
Quizás la aceptación viene por que nos hacemos mayores... y últimamente me vienen muchas cosas así a la cabeza. Que nos hacemos mayores y parece que la depre de los 30 llega antes de tiempo ;)
ResponEliminaPara nada eres persistente, perfecto!