Se ha ido a media noche dejando atrás restos de calor en sus zapatillas, también en la cama entre los pliegues de las sábanas. Día a día parte de su alma se va destilando y ya no sé qué hacer para impregnarme de ella. Sacar el extracto más puro para guardarlo en un pequeño frasco, aparentemente vacío pero que llevaré como amuleto en cada uno de mis días sin él. No se puede hacer más cuando el hacha nos parte creando un camino bífido, el punto de fuga del que partir y construir una vida sin ti.
El calor se irá enfriando, pero ese extracto te quedará siempre. Y te ayudará a curar las heridas del hachazo poco a poco.
ResponEliminaQue los pasos de tu lado del camino sean hacia un futuro deseado, aunque ese deseo no lo conozcas aún hoy.
Qué difícil es la reconstrucción.
ResponEliminaMuchas veces no basta con un frasco
ResponElimina@Raquel* gracias por los ánimos, cuesta tanto ver la parte positiva... la ausencia aun no ha llegado y ya pesa.
ResponElimina@Señor de la Suburbia, siempre dando en el clavo!
@alegría pues no, parece que se desvanece.