Sílvia Comes y Lídia Pujol (català / castellano) fue un dueto que duró dos telediarios, dos discos en realidad. Sílvia Comes & Lídia Pujol (Picap, 1998) y Al entierro de una hoja van dos caracoles (Picap, 2000). No duró más el matrimonio, se separaron, y fue una pena porque hacían un buen maridaje sus voces, la guitarra de Sílvia Comes y la selección de los textos. Una verdadera pena. Eran cantautoras sin ser autoras, pero dando todo el poder a los textos que, con gran sensibilidad, escogían para después armonizar con suaves melodías. Textos de Luís Cernuda, Allen Ginsberg, Jaime Gil de Biedma, Jacques Prevert, Oliver Girondo, Caetano Viana Djavan, William Blake, Gregory Corso, Walt Whitmann y José Agustín Goytisolo. El primer disco me lo regaló M., mi segundo maestro de la vida; tenía dos originales y uno cayó en mis manos. Ya desde la primera vez que lo escuche sabía que tenía entre mis manos un disco poderoso, tanto en los textos como en la interpretación que de ellos hacían Sílvia Comes y Lídia Pujol. La única vez, en sus dos discos que permiten adivinar su calidad como letristas es la canción que abre y cierra el primer disco. La letra es de Lídia Pujol, la primera canta el cuento en catalán mientras la última es una versión de la primera en castellano. Recomiendo leer los dos textos y escuchar las dos canciones... iguales pero diferentes. La letra y su giro final dan para tanta reflexión...
|CATALÀ|
El conte dels dos suïcides
Anaven dos suïcides
per la via del tren.
En veure el fum
de la locomotora
tacar el cel
amb mirada de comiat
es van besar.
En l'últim moment
un d'ells es va penedir
i va saltar,
va saltar a l'altra
banda de la via;
l'altre sense temps
ja per res, va morir,
amb una última mirada
d'incomprensió als ulls,
perquè el que tenia
la SIDA no era ell.
Lletra: Lídia Pujol
Música: Sílvia Comes & Lídia Pujol
|CASTELLANO|
El cuento de los dos suicidas
Andaban dos suicidas
por la vía del tren.
Al ver el humo de
la locomotora acercándose
se besaron por
última vez.
En el último momento
uno de ellos se
arrepintió y saltó,
saltó al otro lado
de la vía.
Y el otro sin tiempo
de nada murió.
Murió con una última
mirada de incomprensión,
porque el que tenía
el SIDA no era él.
Letra: Lídia Pujol
Música: Sílvia Comes & Lídia Pujol
A mi m'agradava molt la cançó de la núvia al matí de la boda, no sé, mira tú per on...
ResponEliminaEl conte és molt bo, la veritat
Bon matí!
Parece que es más mortífera la esclavitud o la desesperanza, que la propia muerte o el suceso físico que pueda desencadenarla (en este caso el SIDA). Esclavitud hacia otras personas, sentimientos o hechos, que pueden minar nuestra libertad. Desesperanza al creer que tu vida depende en exceso de los demás o está determinada y definida en función de alguien o algo, a lo que le estás pidiendo la vida; pero no te la puede dar.
ResponEliminaLa vida te la da la vida, es algo intrínseco. La vida está dentro de nosotros, y no hay nada como la voluntad para saltar de un lado de la vía al otro. Para poder seguir caminando hacia la muerte... viviendo.
Era un bon duet i va durar just el que calia.
ResponEliminaNo es van cremar, no van cansar el públic, no es van repetir.
Sabien tocar i sabien cantar. I també sabien plegar a temps.
PiltRafa, doncs sí que és bo, sí ;) Un petó!
ResponEliminaalegría, hay dependencias que matan tanto la de sustancias como la de personas. Pero es paradójico, no? Quiero decir, el momento final que muestra el cuento, la perplejidad del que lo da todo por el otro e incluso acaba por aceptar su propia muerte y por otro lado, el que predestinado a morir en un corto espacio de tiempo decide contravenirlo todo y apostar por su vida.
Josep, primer de tot benvingut a la huerta. Totalment d'acord amb tu, molts cops és difícil trobar la justa mesura de les coses. Fa uns dies vaig sentir que deien: Els poetes són els únics escriptors que saben quan deixar d'escriure. Espero tornar-te a veure per aquí ;)
Molt bo. La vida...
ResponEliminaSí, Jeroni, la vida té aquestes paradoxes... com alguna de les que tu ens mostres ;) Bon cap de setmana!
ResponElimina"la perplejidad del que lo da todo por el otro"... ¿crees que lo da todo por el otro? Sabes, no creo que da su vida por el otro. Veo que piensa que su vida no tiene sentido sin el otro, y por eso decide morir. ¿Qué favor le hace al otro quitándose la vida? ¿El otro se lo exige? La verdad que no sabemos si la decisión la han tomado de mutuo acuerdo. Nos falta esa parte... Pero para mí eso no significa dar la vida por el otro. Cuando das la vida por el otro, salvas algo del otro, ¿no?
ResponEliminaTodo son interpretaciones...
ResponEliminaEn todo caso si salvas algo, se queda contigo.
Se queda contigo... opino que sí ;)
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