Una cosa tan sencilla como romperte los dedos intentando partir aquellos trozos de pan duro que han quedado olvidados en el fondo de la bolsa de pan. Una cosa tan sencilla como ponerlos por capas en el fondo de una taza en la que de vez en cuando vas espolvoreando un poco de cacao en polvo. Una cosa tan sencilla como calentar leche en un cazo hasta que hierva y verterla en la taza...
... tan sencilla que te transporta.