Se ha hablado sobre el amor imposible entre Sol y Luna, pero nunca sobre el amor real entre Sol y Cielo. Un amor de superposición, de juego continuo, de mezcla, de fusión, de aprendizaje.
El Cielo con un movimiento sensual de nubes de pistacho, brisa de algodón y azul efusivo consiguió tocar al Sol, y derretirlo!
y si no se quieren pero están condenados a vivir juntos?
ResponEliminael de arriba soy yo, perdón :S
ResponElimina¡Y tanto que el Cielo derrite al Sol!
ResponEliminaglog, te aseguro que sí, que sí se quieren y se han descubierto cuando estaban tan cerca durante tanto tiempo.
ResponEliminaalegría, eh que sí!
El etranjero, sorprendido? ...explícame tu exclamación ;)
Los amores imposibles dan siempre mayor rendimiento literario, ya ves ;)
ResponEliminaEn cambio, siempre dejó que la Luna fuese su inmaculada perla, acariciándola de lejos, abriendo su capa negra por si había que arroparla.
ResponEliminaSaludos, poetisa.
Ummm... contat així, sembla un amor ben interessant.
ResponEliminapeter punk, rendimiento literario si... pero al fin y al cabo lo que nos llena son los amores reales. A vivirlos!!
ResponEliminaAishhh jaumeduran, crec que tu ets més poeta que no pas jo ;)
Jeroni Maleuff, oi que sí?