Vaya días los que estamos viendo florecer. Cientos de miles de personas en las calles de un maltrecho País Valencià que ya está cansado de tanto menfotisme, corrupción, soberbia, amiguismo, desidia, chorizo y violencia. Sin ser pesimista solo espero que esta flor que ha nacido en pleno invierno sea capaz de sobrevivir al terrorismo fallero y no caiga en el olvido. Que la subida de la temperatura no rebaje la intensidad de nuestra indignación por un sistema que no solo no tiene para calefacción sino que pretende aniquilar tantos y tantos derechos que costaron conseguir toda una democracia.
Con estos días tan calentitos pensé que la frase que proponían en los Relatos en cadena podía perfectamente encajar con lo que estaba pasando en Valencia. Me vino la idea mientras veía en streaming la asamblea de la Facultad de Historia de la UV después de los graves disturbios provocados por los antidisturbios, valga rebuznancia, en la ciudad de Valencia. Allí comentaron que cuando fuéramos a una manifestación era muy importante memorizar o llevar escrito en el brazo el teléfono de un abogado de confianza o que estuviera al tanto de la causa.
Después de tantas imágenes vistas y vividas en estos días quería ilustrar el microrelato de ficción con la viñeta de El Roto que reduce a la mínima expresión el conflicto pero sin perder un ápice de fuerza y significado. Pero en el último momento ha habido un giro y pongo un grafiti que rápidamente ha aparecido en la ciudad, es de un gran artista que siempre nos sorprende dando valor y significado a las inútiles paredes que nos rodean. No sé muy bien en qué calle está ni el nombre del grafitero, si encuentro la información actualizaré.
Educación para la ciudadania by Escif
Primavera valencianaVeo junto a su reloj unos números grabados en su piel. Siempre hay personas con muchas más luces que yo y éste incluso me ganó en generosidad. Después de más de cuarenta horas de incomunicación en el calabozo, múltiples patadas en piernas y costillas sin confesión alguna y la boca pastosa por la deshidratación dijeron mi nombre en alto:
- ¡El detenido Lluís Vives! ¡Acuda a la puerta del calabozo!
Ya no tenía más miedo, aquel teléfono pertenecía al abogado que defendería nuestra causa y la de todos aquellos que durante estos días salimos a las calles por el restablecimiento de nuestros derechos.
Relato corto de ficción enviado a Relatos en cadena
Comparto!
ResponEliminaEn breve colgaré yo fotos del apoyo a la #primaveravalenciana desde París.
Me lo encontré por casualidad en la plaza de la Sorbonne y se me pusieron los pelos de punta.
Gracias por pasarte por aquí...yo ahora también te comparto ;)
Elimina