02 de juny 2009

Aquí ninguno de los dos tiene la culpa


No era más que una mezcla de cotidianidad, familiaridad, complicidad, sorpresa y novedad... posiblemente aberrante, en doble medida explosiva y definitivamente excitante. Me preguntaba a mi misma la razón de sus ganas de sacar en la conversación esos temas tan escabrosos, precisamente aquellos que nos separaban de forma abismal. Abrazados acabamos por tirarnos en caída libre des del mismo precipicio. Aquí ninguno de los dos tiene la culpa le dije mientras mis rizos bailaban transformándose en su peluca. Sus sesos, mis intestinos, su sangre y mi bilis mezclándose en los arbustos aterrizados cuando esbozábamos una pequeña sonrisa que la comisura de los labios contagió a nuestros ojos. La rueda, esta vez renqueante, volvía a viajar. Quizás sea solo un espejismo pero de nuevo cumplió otro de mis deseos y sintiendo el viento contra nuestras mejillas nos las cubrió con confeti lunar.


7 comentaris:

  1. Felicidades por tu blog! Me encantan tus relatos!
    No hay nada como poder cumplir los deseos y más con alguien que cae al mismo tiempo ...
    Precioso de verdad!

    Laura B.

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  2. Hoy se han suicidado dos así, niña...
    Saluditos.

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  3. Vinz, pues sí... una viaje vertiginoso donde los haya ;) Bienvenido!!

    Señor de la Suburbia, caer en la tentación!!

    Laura B., me encanta la interpretación que le has dado. Espero seguir viéndote por aquí, bienvenida!!

    Sir, sí?? Lo mío era un poco más metafórico... espero que no fuera después de leer esto. Un beso!!

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  4. No entiendo lo de confeti lunar, pero me encanta la metáfora

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  5. Usted por aquí ;) ...quizás no hay nada que entender... una vez caes por la tentación más vale la pena no hacer preguntas y disfrutar de la caída ;)

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