30 de desembre 2014

Tres años de metamorfosis


Cap d'Any 2014 pel Canadà Pirinenc 
Natura i Aventura (30.12.2013-01.01.2014)

El último año, los dos últimos años, los últimos tres años. La vida da tumbos, tanto si tomamos decisiones como si hacemos dejadez de nuestras funciones.

Hace tres años estuve hibernando, picoteando, transformando relaciones, meditando, sin saberlo dándole forma a lo que pasaría hace dos años. La metamorfosis empezaba a andar sus primeros pasos. Hace dos años se dieron muchos cambios, la pérdida de libertad, la vuelta a la formación más formal, un amor de verano que con mucho dolor sigue doliendo y una profunda caída a los infiernos más profundos de mi pasado. Hoy precisamente hace un año que se empezaba a cristalizar la salida, un conjunto de acontecimientos se sucedieron. La transformación nunca se acaba, seguimos siendo crisálidas y adultos en potencia a la vez. De todas maneras, echando la mirada atrás puedo decir que efectivamente ese fin de año fue el que visiblemente desencadenó un sinfín de cambios que se estaban realizando y otros que estaban por venir. 

Este fin de año no habrá doce chupinazos que iluminen la oscura media noche del lago helado de refugio de Camporells, pero seguiré caminando. Aún quedan muchas cosas por hacer, tantas otras por arreglar, y esperemos que menos por padecer.


26 de desembre 2014

Ya no queda espacio para el vacío


Un minuto treinta segundos es el tiempo que estaré observando cómo mi taza llena de agua da vueltas dentro del microondas.
Mientras, veo la taza girar. 
Mientras, reflexiono. 
Mientras, quedo hipnotizada.
No es normal, ahora ya no es común estar durante un minuto y treinta segundos sin la mente conectada en remoto a otras personas mediante el móvil. Hemos reducido el tiempo al aburrimiento, hemos cedido el espacio vacío ante el empuje de la plenitud. Siempre estamos recibiendo datos y emitiendo respuestas, pero ya no le queda espacio a la reflexión o al ensimismamiento.
El vacío como generador de plenitud ha perdido su utilidad.
El ensimismamiento como la reflexión han dejado de tener su papel en esta sociedad bañada en datos. Nos dejamos llevar por no querer pensar, y ahora que suenan los pitidos del minuto y treinta segundos imagino el último reducto humano de reflexión: sentado con los codos sobre las rodillas, las manos aguantando la barbilla, esperando a que fluya todo, cuerpo y mente.


14 de desembre 2014

Cerrar etapas


Suena bien la idea de cerrar etapas. Te descubres con una mano en la barbilla mirando la esquina de la habitación e imaginando cómo sería la sensación de ese momento de liberación. Es como imaginar el más allá, los humanos que viven en mundos paralelos, la ultimísima estrella en expansión, pero en realidad nada de todo eso existe. La puerta no cierra. La levedad de las nubes rosadas de repente se convierte en peso. De nuevo tienes sobre la espalda aquella mochila y cargas con todo lo que implica. Ese lastre de decisiones tomadas, de cosas sin hacer, de cosas no hechas por tener que hacer otras que tampoco haces, ese lastre de una vida que no avanza por la incapacidad de cerrar etapas.


05 de desembre 2014

Sistema de comunicación


Dicen que el idioma que usas por primera vez con alguien determinará vuestra relación en adelante. Empiezas a hablarle en castellano y nunca más podrás comunicarte en otra lengua con él.

Nos conocimos con la mirada
y ya no puedo cambiarlo,
no me salen las palabras,
solo la mirada.


30 de novembre 2014

La immolació


De l'incapacitat d'estimar o acceptar ésser estimat. Buscar mil i una excuses per a no ésser tocat i esquinçat per enèsim cop. No entendre perquè les peces no encaixen. És així per un temps i, quan ja sembla una eternitat per un cor inalterable, aleshores salta. Per descuit és capaç de saltar al buit.


03 de novembre 2014

Ser negació


No sentir quan s'ha de sentir. No sentir quan els altres diuen que has de sentir. No sentir quan suposadament has de sentir. No sentir quan no sents. No sentir pensant que mai més sentiràs. 

Sentir que no sents.

No sentir.

Sentir.

Sent.

S.


26 d’octubre 2014

El primero


Has vuelto y no entiendo muy bien el porqué. Me despiertas sin motivo alguno, bueno, claro, para ti sí que hay motivo, pero te digo que sigo sin entenderlo. Después de tantos años, después de tantas montañas, después de tantos  precipicios, apareces como por arte de magia. Me pides tus cosas, y yo no sé qué son tus cosas. No tengo nada tuyo, ya nada tuyo vive en mí. Tengo que recordar, estrujar mis neuronas para volver a un pasado que fue el primero y yace enterrado por el peso de otros, que mejores o peores, fueron otros. Te aseguro que sigo perpleja ante tu aparición y exigencias de un pasado del que ya no queda nada material, apenas alguna imagen pasajera que ante mi indiferencia se ha desvanecido. No pienso permitir que me hagas buscar en el baúl, ya no saldrá nada de lo que entró allí. Deberías empezar a salir por donde has entrado y meterme en tu baúl.


27 de setembre 2014

Tormentas a tu vuelta


Es otoño, pero aquí las tormentas aún son de verano. Las aceras se van secando al ritmo de la mañana, la gente sigue en mangas de camisa, y el sol intenta aparecer entre la tupida masa gris de nubes. Vuelvo  a casa y veo qué poco ha cambiado, sigue siendo la de siempre, la que me acoge y me devuelve mi cotidianidad. Espero al autobús mientras simplemente disfruto mirando los árboles y el rio que hay mas allá del tráfico de coches. Entonces pasa un autobús que cambia de carril para sortear un ciclista. Camiseta de imperio amarilla, este hombre que ronda los sesenta pedalea una BH roja plegable. Con su calva y sus canas al viento me recuerda a uno de esos pescadores ocasionales que disfrutaba pensándose uno más de Verano Azul. Ya de lejos me mira y sonríe, al pasar a mi lado me dice: "Buenos días, guapa!".

El ambiente está húmedo, ha llovido toda la noche,  ¡y qué mas da!


12 d’agost 2014

Vidas ~ XI


- ¿Te quieres casar?
- No
- ¿Quieres tener hijos?
- No
- ¡Mierda!
- ¿Qué pasa?
- Te compro

11 d’agost 2014

Mon cher


Te leo e irremediablemente un escalofrío me recorre. 

Te leo y un déjà vu embriagador me recuerda cómo yo también solía jugar con las palabras.

Te leo y me doy cuenta que te echo de menos, pero quizás no tanto a ti como a nuestro nosotros.


07 d’agost 2014

Matins que maten un dia


Hi ha dies que quan aterres a la consciència notes com el dia se't farà pesat i ja vols tancar els ulls encara tancats. El matí fa honor a la teva predicció i et mata. 

Què fer amb aquests dies? En aquest joc de la vida, com passar a la següent pantalla? 

Però no. Tant sí com no aquest dia se l'ha de patir. Calcular quina és la probabilitat que demà també sigui inútil. Veure si els successos són independents, o si bé tot plegat és un espiral de dies cada cop més prescindibles. 

Veure passar els segons tan lentament quan el Sol se'n fot de tu. No fer res no fent res i que la brisa es declari en vaga. Marxes d'aquí perquè allà no fas res, i te'n vas cap allà on tampoc no faràs res, gires i tombes, fent que no fas res, i així et quedes, escrivint que no fas el que fas fent el que no hauries de fer.

24.VII.2014


29 de juliol 2014

Ser tonta y que suene a cadena


Ser tonta y que suene a cadena. Arrastrarse con el metal y notar que ahora sí, después de la parálisis las rozaduras duelen, y escuecen de tanto en cuanto. Pero es el no saber cómo romper ese círculo virtuoso de haber conocido aquello que uno quiere, por lo que sí moriría, por lo que quizás habiéndolo tastado ya no haría falta seguir viviendo.


29 de juny 2014

La meva pròpia illa interior


Aquesta ciutat en la que comencen a teixir-se relacions, em crea una barreja contradictòria de sensacions. A voltes m'oprimeix mentre d'altres em bressa amb un ball hipnòtic impossible de defugir. Així que ara ja no sé per quin tipus de droga estic afectada però tinc un peu aquí i un altre cap al més enllà. Hi ha moments en els que surto del meu propi cos, veig la situació i me n'adono que aquesta ciutat ja és massa per a mi si no aconsegueixo crear la meva pròpia illa interior.


24 de juny 2014

Esperar sin más


Esperar el momento del olvido.
Esperar el momento en el que esa imagen desaparezca de su mente.
Esperar a que la mitad del albaricoque lleno de gusanos llegue al fondo del estómago y el ácido sea capaz de disolverlos.

Esperar el momento en que sea real.
Esperar el momento durante tantos años en aquella butaca.
Esperar impasible hasta observar qué tipo de canas te cubren y vivir.


22 de juny 2014

Vidas ~ X


Un día te prometí que lo escribiría. Ayer me fui a dormir con el inicio en la cabeza, pero no lo escribí pensando que me acordaría. Sigo ahí, sin escribir, he olvidado esa frase y te debo aquel relato. Una visión que ha quedado en el limbo hasta que consiga bajarla de nuevo al mundo de la realidad. Tan solo quería plasmar aquel instante brutalmente infestado de paradoja. 

Me dirigía al trabajo en autobús, se había hecho tarde y ya no quedaban bicicletas en el servicio público. Además tuve que coger el primer autobús que pasase, aunque fuera a dar un poco más de vuelta. Así que este me llevó serpenteando entre las estrechas calles del barrio.

De bajada el autobús iba repleto de estudiantes y personas que se dirigían a su trabajo, se palpaba cierta tensión en el ambiente, no sé si porqué era lunes o porqué todos llegábamos tarde. Me froté los ojos e intenté estirar mi cuerpo sin moverme con un bostezo hacía mi interior, sí, todo muy íntimo. 

Ya que llegaba tarde empecé a mirar el correo electrónico en el móvil para ir avanzando. Entonces giré la cabeza y les vi allí. Dos hombres barbudos con largos abrigos grises junto a la fuente pública, de pie, cogiendo el carro de la compra, ahora maleta, con sus pocas pertenencias y mirando el autobús pasar. Vidas separadas en mundos coexistentes que te hacen empezar la semana de una manera un tanto agridulce.

Quizás nadie más fue capaz de ver este instante, pero yo lo capté y me persigue. Veo sus caras y su aire impasible ante un teatro que pasa por su mirada. Sin embargo siempre les tocan entradas para las tragedias, nunca para las comedias. Cuando en realidad no queremos aceptar que solo hay boletos para la tragicomedia.


 

28 de maig 2014

Un dia va passar


No sé en quin moment vaig deixar d'escriure d'aquella manera. Era una escriptura que sortia dels budells, directa i corrosiva. Unes lletres que em bullien al cap i em cremaven als dits. Però ja no, ara se'm compliquen al cap i entortolliguen les neurones fins que s'entrebanquen i fan que la meva cara es doni de cabotaes contra la paret. Abans no pensava, no meditava, no projectava i ara ja res és natural. Res no arriba a ser metàfora de mi, ni de tu.


28 d’abril 2014

Vidas ~ IX


Están perdidos. Un plano de la ciudad completamente desplegado en el andén del metro les delata. El resto de personas están en su cosas, leyendo el periódico, trasteando sus móviles, maquillándose, mirando a los del andén opuesto, matando la cuenta atrás con la mirada. Ese mapa contiene tanta información que no se puede digerir y la pareja empieza a vomitar hilillos de colores que parecen tener vida. A modo de espaguetis coleantes se colocan sobre el mapa formando las líneas del metro. Nadie mira pero se acercan los gritos de un par de niños que llegan corriendo, se sientan y pintan de colores las líneas del suburbano.

20 d’abril 2014

Extractos ~ II


Semblava tan fàcil. Posar el que un recorda, sabent que recorda poca cosa. Però ara és com que de sobte, volent recordar, havent de descriure, havent de donar detalls... després de tants anys tot es torna emboirat. En la ment d'un adult segons quines coses ja no encaixen, segons quins detalls porten a dubtar.

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14 d’abril 2014

Extractos ~ I


Estamos parados

Hace casi dos horas que el tren ha pasado por encima de una persona, un arrollamiento han dicho, y no se sabe si ha sido accidente o suicidio.

Estamos parados

Hace casi dos horas que hemos oído un ruido, y aunque parecía que unas maletas se habían caído, en realidad estábamos pasando por encima de una persona.

Nos han acercado a la parada más cercana para apartar el tren de la vía.

Estamos parados

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30 de març 2014

Vidas ~ VIII


Los altavoces crepitan, eso debería significar que algo pasa, que una interferencia les hace hablar. Pero no, se gira para mirar el móvil y parece que no, ninguna de las aplicaciones se inmuta. La vida sigue así, en la paradoja de este momento social en el que todos se comunican de maneras diversas pero desde que se silenció nadie se acuerda de él.


29 de març 2014

Vidas ~ VII


Sentada se deja llevar. En los últimos días ha perdido las fuerzas que le quedaban para seguir luchando. Horas ya sin dormir. Levanta la mirada para observar a su alrededor. Niños con sus mochilas repasan las últimas líneas antes del examen. Mujeres con la piel desgastada piensan en la lista de la compra mientras sujetan la bata de la limpieza. Hombres de bigote blanquecino se agarran a la barra del vagón para mitigar el cansancio de piernas que ya llega a primera hora. Chicas se acaban de maquillar apuran esos minutos para disimular las horas solapadas entre trabajo y estudios. Hombres en traje consultan las últimas declaraciones del ministro de turno mientras piensan en cómo cuadrar el balance de esa semana. Un sin fin de vidas que deben hacer equilibrios entre la vida y la supervivencia. Pero ella se deja llevar y ahora ya solo puede mirar por la ventana y dejar atrás aquella que fue su casa, la que ahora tiene una valla inmóvil. Una empresa que ya no habla, una televisión y una radio que ya no emiten, un pueblo que se queda mudo e impotente. Ve los raíles pasar entre la huerta y ya no sabe qué es peor si la manipulación o la ausencia de información. Con la yema del índice arrastra una lágrima que empezaba a caer para llevarla hacia la frente y taparse con la mano. Quizás su casa esté como la dejó hace casi dos días. Horas resistiendo por una voz que ya no llenará las ondas, una imagen que ya no será emitida. El sueño se acabó y parece que la nevera tendrá serios problemas de llenarse, incluso en unos meses deberá devolver las llaves, y quién sabe, ya no existe sector audiovisual en el que poder hacer nada. Si el poder de la sociedad existe parece que está mirando a otro lado o les hemos dado demasiado poder y aposento a los que ahora miran por ellos mismos y no por los que un día les legitimaron.

22 de març 2014

Vidas ~ VI


Joven, dulce e ingenua. Hoy es de esos días que necesitaría de una ayuda celestial para estar en un par de sitios a la vez. No puede, se pierde la clausura de una jornada para llegar a tiempo a las prácticas en la facultad. Últimamente comer en el metro es la norma, incluso hoy se ha llevado el túper. Empieza el postre mientras tocan el acordeón. Para ella parece que pelar un plátano en esa situación es de lo más normal mientras sigue concentrada en su lectura. La acción del libro es trepidante, no puede apartar su mirada de las páginas mientras poco a poco apura el plátano.

Maduro, tosco y con mucha vida a sus espaldas. Desde que ha entrado en el vagón no puede dejar de mirar a esa chica que ajena a su sensualidad pela y come un plátano. Fijamente. No le puede quitar el ojo de encima. Se toca la barba, empieza a mover el pie a la vez que el nerviosismo asciende por todo el cuerpo. Por unos segundos baja la mirada, sabe que si se agarra bien a la barra del vagón podrá reprimir lo que hace minutos quiere hacer.

Sacudida del metro, desenganche de la barra, tropiezo. Consigue encontrar el equilibrio a tan solo un palmo de la piel del plátano y le espeta:

- Dame y te tiro la piel del plátano.


13 de març 2014

Vidas ~ V


Habiéndose reconocido como almas gemelas
no tenían otro destino que el de
los números primos gemelos.

Durmieron una hora cabeza sobre cabeza. Dulcemente abrazados ajenos al barullo que reinaba en un tren que para ellos podría no haber llegado nunca a su estación final. Los dedos se entrelazaban y jugaban cariñosamente a lo que no eran. Entonces se miraron, intercambiaron unas frases y se fundieron en un beso de imprevisible pasión. Él le murmuró que se verían el próximo año y ella, mientras disimulaba la sinrazón, le susurró al oído que hiciera todo lo posible por escaparse antes de su próximo vuelo. Se guiñaron el ojo y él recorrió el pasillo. Se sonrojó al revivir cómo en el celuloide él hubiera deshecho el pasillo, cuando en realidad ya la estaba despidiendo por la ventanilla.

Una separación que parecía 
la de esos amantes desconocidos.


16 de febrer 2014

Vidas ~ IV


Los asientos opuestos dan mucho de sí, para observar y para sentir. Él lo sabe y lo practica, sobretodo desde que hace cinco años se le enteló el ojo derecho. El izquierdo era inservible desde que nació. Así que poco a poco la luz se le fue apagando la luz. La vista, como una ventana al mundo, lo facilita todo, pero ¿qué pasa cuando ya no está? Extender los sentidos que aún quedan e idear nuevas alternativas para sentir aquello imperceptible es el camino.

Antonio se sienta en el asiento del pasillo de los cuatro opuestos en el autobús. Le gustan especialmente las horas punta, hay mucho más movimiento de personas y se asegura víctimas incautas. Ellas se sientan a su lado y mientras consultan el móvil, leen el periódico o dejan la mirada perdida él huele, simplemente da la sensación que mira por la ventana pero él las huele.

Antonio reposa las manos sobre las piernas a la espera que llegue la parada de la chica de su lado. Entonces ella se levanta y la mano derecha de él poco a poco desciende hasta ponerla al costado. A la vez que ella pasa por delante de Antonio y gira hacia la derecha para situarse delante de la puerta, él extiende su dedo meñique a la espera de ese pequeño roce. La ropa cómo se desliza por su uña, y esa sensación junto al olor que le hace romper la ventana que una vez se empañó.


08 de febrer 2014

Vidas ~ III


- Perdona que te pare, pero es que la pareja de mi madre nos ha puesto un candado. ¿Te importaría dejarme tu teléfono para hacer una llamada?

Ella se lo quedó mirando. Era un chico joven, delgadito y tímido. Su madre y su hermana le esperaban cabizbajas delante de los contenedores de la basura.

Ella empezó a mirarse por dentro y a imaginar qué es lo que podía pasar. Podía negarse a la llamada de urgencia, caminar unos pasos hasta la entrada de su casa y volver a disfrutar de su anodina vida. Por otro lado podía dejarle el teléfono a ese chico para que llamase a un cerrajero, o para que simplemente saliera corriendo con un teléfono que no le pertenecía.

Y ahora, después de tres días sigue pensando en ese chico. Si era verdad que les habían puesto un candado. Si era verdad que las dos mujeres eran su madre y su hermana. Si era verdad que quería llamar a alguien. Si era verdad que no saldría corriendo con un teléfono ajeno. Si... si... si... pero se acabó el crédito de una sociedad que ya desconfía incluso del que tiene más cerca.


02 de febrer 2014

Vidas ~ II


Leía libros para ver películas, si ese pudiera ser el orden lógico de las cosas. Pero para su desgracia solía ser al revés. Al fin y al cabo, ver películas requería unas dos horas de esfuerzo en reposo, mientras que leer un libro le llevaba días, muchos días. Entonces veía películas, muchas películas, y esperaba hasta la última línea de los créditos para descubrir si estaba basada en alguna novela. Si era el caso, se hacía con el libro original e iba leyendo página a página. Era como quién está viendo la repetición de un penalti y a cada segundo aún conserva la inútil esperanza que el portero logrará parar el balón. De todas maneras, en este caso todo era mucho más factible, mucho más. De hecho, cuántas películas son exactas al libro y cuántos libros son exactos a la película, podría haberse apostado su vida a que ninguno cumplía esa afirmación. Entonces, página tras página, leía y recordaba la película en paralelo. Pensaba en que la siguiente escena aparecería en el siguiente capítulo y por suerte cada nueva página enriquecía todo lo que el fotograma había reducido a la mínima expresión. Es así como la tensión cinematográfica de tan solo un minuto le llevó a una llorera de treinta páginas.


23 de gener 2014

Vidas ~ I


De vuelta caminaba con un libro entre las manos, y fue al bajar la mirada, que se fijó en cómo había sido cortado el plástico transparente que protegía las cubiertas. Aquellos años en los que trabajé en la biblioteca... es lo que le vino a la cabeza y en ese mismo instante notó en las yemas de los dedos aquella aspereza que otrora sentía al volver a casa cada noche. Pero por las mañanas los hombres mayores seguían poblando las mesas, leyendo las noticias del día anterior, tintándose de oscuro los dedos, mientras los tenues rayos del sol otoñal les acariciaban la calva. A ratos se pasaban los estudiantes alborotando el ambiente, las hormonas hervían en sus venas y muchas veces ya no eran capaces de seguir el alfabeto para poder encontrar el libro deseado. Otras veces aparecían ojerosos, por el ocio o el estudio, y caían desplomados contra aquellas mesas inclinadas de tapiz de piel verde. Pero esos eran otros tiempos, aquellos en los que las fichas se consultaban y sellaban, los libros se perdían e incluso caían de aburrimiento estantería atrás. Esos mediodías tranquilos en los que nadie entraba y el polvo montaba pentagramas en el ambiente, solía quedarme mirando fijamente las estanterías imaginando otras maneras de ordenar los libros, por altura, por grosor, por color del lomo. ¡Qué feliz hubiera sido teniendo el arco iris dentro de mi biblioteca!